UN BREVE INSTANTE - CAPÍTULO 14
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14.
Lucy
volvió a su lado quince minutos más tarde con una increíble
expresión de felicidad. Llevaba unos ajustadísimos vaqueros que
resaltaban cada curvatura de su perfecta anatomía y una camiseta
negra con unos sugerentes labios serigrafiados y a la altura de los
pechos una petición que a Kasia le resultaba irresistible: “kiss
me”.
Unos
ojos miel cargados de deseo y algo de impaciencia la miraban sin
apenas disimulo por mucho que su dueña intentara controlarse. La
observó acercarse y no se percató de que sus labios dibujaban una
sonrisa de felicidad más que evidente. Lucy la vio sonreír y
mirarla de aquella forma y supo que no había dudas, sólo necesitaba
encontrar el escenario perfecto, para que aquello que
irremediablemente iba a suceder entre las dos fuera además,
inolvidable.
- No he tardado demasiado, ¿verdad? - adoptó un gesto ingenuo evitando sobresaltar a una ensimismada Kasia.
- Eh... no, no, qué va... - acertó a decir.
Kasia
borró como pudo la sonrisa atontada de su rostro y trató de
resultar normal o, al menos, de este planeta. No solía costarle
tanto trabajo, y podía notar que estando junto a aquella preciosidad
de largas piernas y sonrisa de infarto no conseguía lograrlo.
- ¿Nos vamos? - preguntó Lucy de pie junto a ella sujetando una pequeña mochila.
- ¿Qué llevas ahí? - preguntó curiosa al percatarse de ella y poniéndose en pie.
- Algo que nos hará falta en el lugar al que vamos – contestó misteriosa.
- No sé si debería preocuparme – terminó de colocar su cuaderno en el bolso y sacó las llaves del coche.
- Conmigo a tu lado no debes preocuparte de nada – contestó sonriendo traviesa.
- Está bien – murmuró sin demasiado convencimiento.
- Ah!, ¿no me crees? - fingió estar ofendida y caminó sin detenerse hacia la salida.
Kasia
no podía evitar reír al verla caminar en dirección contraria. Lucy
la escuchó reír y fue consciente de que se enamoraba
irremediablemente de forma absoluta y total de la dueña de aquella
risa.
- ¡Eh! - la llamó divertida - ¿vamos a ir en caballo?, porque juraría que por ahí se va al establo. El aparcamiento está hacia el otro lado – le gritó riendo.
Lucy
se detuvo y se mantuvo de espaldas a ella. Kasia sabía que reía,
podía ver el movimiento de sus hombros que indicaban que intentaba
controlarlo.
- A mí lo de ir en caballo no sé si me parece una buena idea – continuó – ya sé que es más ecológico y eso, pero los caballos y yo nunca hemos tenido una relación muy amistosa.
La
joven actriz se volvió y la miró riendo. Se rendía ante aquella
mujer que desarmaba cualquier muro o barrera que levantara con sólo
una mirada. Volvió andando hacia ella, que permanecía en el mismo
lugar mirándola divertida y pensó en liquidar cualquier duda allí
mismo, en tomarla entre sus brazos y callar por un instante su risa
con un beso. Kasia pareció adivinar su intención y dejó de reír
algo nerviosa.
- Vale – pasó a su lado con gesto digno y Kasia pudo sentir que el aroma de su piel perfumada recorría su cuerpo – pero yo juraría que la última vez el aparcamiento estaba hacia ese lado – le guiñó un ojo y siguió andando.
Kasia
sintió un escalofrío delatador y fue tras ella. Habría ido hasta
el mismísimo fin del mundo feliz de tenerla a su lado. Apretó el
mando a distancia y las luces del coche dieron la bienvenida a su
invitada.
- No sé si llegaríamos antes en caballo – se burló.
- ¿Te estás burlando de mi pequeño Volkswagen Up?, quizás no puedas entrar en un utilitario por contrato, había olvidado lo petulantes que pueden llegar a ser los de tu mundo – le devolvió la broma.
- ¿Esa es la imagen que tienes de mí? - se subió sin más demora en el coche y se ajustó el cinturón de seguridad - ¿ves?, mi flamante culo de estrella de cine no ha sufrido ningún percance al subirme a tu minúsculo coche.
- No lo he comprobado – se atrevió a ser descarada – pero me alegra que me lo digas. ¿Podemos irnos?.
- Sí, por favor. Tenemos que atravesar la ciudad, así que vamos en dirección al centro.
Las
dos mujeres se pusieron en camino en silencio. Lucy trasteaba con la
radio y buscaba en la guantera algún cd de música que le apeteciera
escuchar. A Kasia verla así, tan natural, registrando sus cd's la
hizo sentir bien. Eligió uno y se acomodó.
- Mmm – murmuró.
- ¿Qué pasa? - preguntó Kasia intrigada.
- Pues que es cómodo y todo – se relajó y cerró los ojos.
- Vaya, al final hasta te gustará.
- Si tiene que ver contigo, no lo dudo – contestó sin abrir los ojos.
- Eh... - Kasia buscó algo que responder pero no supo. Simplemente se sonrojó y dio gracias mentalmente porque Lucy mantuviera aún sus ojos cerrados.
Lucy
notó cómo se removía nerviosa a su lado y sonrió. Nunca había
conocido a nadie así, con esa mezcla perfecta de timidez, encanto,
inteligencia y belleza. Desde el primer momento en que la vio, con su
pelo alborotado y sin saber muy bien cómo actuar supo que merecía
la pena formar parte de su vida, que era alguien especial. La tenía
justo a su lado, con mover ligeramente su mano podría acariciar la
suya y sentir el calor y el tacto que tanto deseaba. Apretó el puño
y suspiró.
Llegaron
a la parte alta de la ciudad, a la base de lo que había sido un
castillo medieval. A simple vista parecía un montón de ruinas y
Kasia no pudo evitar su gesto de desconcierto. Detuvo el vehículo
junto a lo que parecía el gran portón de entrada y apagó el motor.
- No puedes entender qué tiene este lugar para que sea mi lugar favorito del mundo, ¿verdad? - preguntó al ver la cara perpleja de Kasia.
- Bueno, no sé... es un sitio bonito. El bosque que atravesamos es precioso y en su época de esplendor debió ser un lugar increíble, pero si te soy sincera, ahora mismo me cuesta verlo – se encogió de hombros temiendo ser demasiado sincera.
- Debes tener fe – dijo Lucy bajando del coche – y confiar en mi buen gusto, eso hablaría bien de ti – cogió su pequeña mochila y la abrió.
- Ah, no es aquí...
- Efectivamente – sacó dos pequeñas linternas y le dio una – la última vez aún podía pasar – se rascó la frente igual que lo hacía su padre – espero no quedar mal.
Bordearon
lo que parecía había sido uno de los muros del castillo hasta
llegar a una pequeña puerta oculta tras ramas algunas ramas secas.
- Por aquí debía escaparse la princesa para reunirse con su amado plebeyo – Lucy empujaba con fuerza intentando abrir la puerta.
- ¿Esa es la historia? - preguntó Kasia intrigada.
- No... pero habría sido bonito, ¿no crees? - un empujón más y la puerta se abrió – no temas, es completamente seguro.
- Te creo... bueno... casi... - Kasia encendió la linterna y la siguió.
Subieron
una larga y estrecha escalera de piedra que parecía subía a lo alto
de una de las dos torres que aún quedaban en pie.
- Descubrí esta entrada hace unos años por casualidad. Me encanta venir aquí, ya verás... Trato de ocultar la entrada para que no la encuentre ningún desalmado que quiera destrozar lo poco que queda en pie de esta maravilla – llegaron a lo más alto y abrió otra pequeña puerta – ya puedes apagar la linterna.
Observó
a su alrededor mientras recuperaba el aire que se había dejado
subiendo a la torre. Era un espacio amplio y redondo y en dirección
al bosque se encontraba lo que podía haber sido la base de alguna
especie de catapulta o defensa de la época. No había nada más.
- Ahora cierra los ojos – le dijo Lucy acercándose a ella.
- ¿Vas a tirarme? - preguntó Kasia después de cerrarlos.
- No me tientes. Anda, calla – Lucy se colocó detrás de ella y acercó la nariz a su cuello. Inspiró el aroma que tanto había echado de menos y se apoyó un instante con ambas manos en sus caderas.
Kasia
sintió el peso de su cuerpo apoyado firmemente en sus caderas y una
punzada atravesó una vez más su estómago. Podía notar las
cosquillas que provocaba la nariz en su cuello y se erizó por
completo. Lucy apartó sus manos y las colocó sobre sus ojos pegando
su cuerpo a la espalda de Kasia y sintiendo cómo se acoplaban a los
espacios.
- Mmm – el mar de sensaciones que la recorrían no la dejaban hablar con coherencia. Respiró – ahora camina tres pasos hacia adelante – susurró en voz baja cerca de su oído izquierdo.
Obedeció
a pesar de la excitación que le provocaba el roce de su espalda con
unos pechos firmes y cálidos, a pesar del más sexy de los susurros
y de que era incapaz de pensar desde que sintió las manos de Lucy
sobre su cuerpo. Llegó hasta el borde del muro y Lucy la detuvo.
- Aquí. ¿Estás preparada? - le preguntó otra vez susurrando a sabiendas de lo que provocaba en aquella mujer.
- Sí... claro – dijo sin demasiado convencimiento temiendo que se separara de ella.
Lucy
tomó el riesgo por bandera y la estampa que tenían frente a ellas
como escenario para sus sueños y no se apartó. Apartó sus manos de
los ojos acariciando suavemente sus mejillas y rodeó el pequeño
cuerpo de Kasia con sus brazos en un abrazo lleno de calor. Apoyó la
barbilla sobre el hombro derecho rozando con su mejilla su cuello.
- ¿Qué te parece?, ¿ha merecido la pena? - preguntó sin moverse un milímetro.
Kasia
seguía sin abrir los ojos, y se habría quedado así... dejándose
llevar por las sensaciones. Abrió los ojos y vio una imagen
espectacular: se podía ver todo el pueblo desde lo alto, mezclado
entre árboles, tejados de teja negra y pequeños tramos del río que
aparecía y desaparecía entre las casas. Más allá del pueblo se
perdía la vista entre montañas y verdes praderas que miraban cómo
desaparecía lentamente el sol del atardecer. El lugar era precioso,
lleno de destellos de colores que surgían del encuentro de la luz y
la naturaleza.
- Es... perfecto – dijo Kasia tras un largo rato.
- Sí que lo es. En invierno es incluso mejor, se puede ver el mercadillo de navidad lleno de luces mezclado con la nieve... tal y como dices... es perfecto – hablaba sin moverse un milímetro de su sitio. Había adoptado aquel cuerpo que abrazaba y le daba calor como el mejor de los hogares, donde quedarse y soñar.
Kasia
se giró y se aferró a ella evitando que Lucy dejara escapar el
abrazo.
- No me has entendido. Es perfecto porque todo esto es lo que tú eres... porque forma parte de ti, porque te invita a soñar... porque estás tú.
Tomó
su cara entre las manos y la acarició suavemente perdiéndose en sus
ojos. Lentamente rozó con sus dedos sus labios mientras dibujaban
una sonrisa que esperaban pacientes unos labios que saciaran su sed.
No se detuvo como no se detenía la marcha del sol del oeste tras las
montañas y por fin la besó. Sintió que el mundo se detenía al
sentir el roce de sus labios, al saborear el deseo y la suavidad de
cada movimiento lento y acompasado. Sus labios habían sido creados
para encajar entre ellos y en cada uno de sus sueños. Lucy se aferró
aún más al cuerpo que abrazaba y soñó que nada era imposible
mientras ella estuviera allí.
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Buenas tardes!.
ResponderEliminarPara aquellas que esperaban que no tardara demasiado, aquí tenéis el capítulo. Veremos qué tal va la semana y si puedo avanzar el siguiente ;).
Saludos!.
Ohhhh que románticooo:))). Esto cuánto menos levanta sonrisas. Gracias compi;))
ResponderEliminarPUCCINI SABES ALGO DE MEMO
EliminarLe escribire a ver que me dice memo...
EliminarCuando se compliquen las cosas ya no me querrán tanto ;-p, mientras tanto, habrá que disfrutar ;))
ResponderEliminarZuki!!!! Pilas con lo q dices... no juegues con tu integridad fisica, recuerda q ya es temporada baja y los tiquetes deben estar a huevo, jaaajajaja ;))
EliminarHayyyyy que hermosuraaaaa, invita a soñar y claro que levanta y no sólo sonrisas, el animo también (x mi q siga lloviendo x allá) jaaajajaja gracias corazón ;))
ResponderEliminarDe nada ;)). Yo ya me enamoré del lugar, que por cierto, existe, con su castillo, sus tejados negros y hasta su famoso mercado navideño :)).
EliminarMi querida Saggi, ya sabes que el drama es imprescindible, aún a riesgo de despertar la ira espartana, ufffff.
Me encanta, en serio. Da gusto levantarse un martes y leer otro capitulo :)
ResponderEliminarDe cualquier manera.... no te preocupes Zuki_, cuando empiece el drama es cuando yo más estaré disfrutando jajajajajajaja tengo la mente algo retorcida a veces y disfruto con las tensiones jajajaja
ResponderEliminarMakeys.
No hay mas capitulos :(
ResponderEliminarBequii.- Argentina!
Otra historia sin terminar -.-
ResponderEliminarPor faa siguela !!
ResponderEliminarDios me encanta esta historia, espero que la aurora la continúe porque de verdad esta genial, y a mi me ha alegrado más de un día.
ResponderEliminarSaludos desde Madrid