30.
DERECHOS RESERVADOS®Puccini
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“Te atraeré hacia mí como un halo infinito, engullendo cada segundo en este espacio atemporal donde nos encontramos; las muescas del engranaje parecen atascadas, eternizando el mismo instante... tu...”
- Hay cosas que nunca cambian...- la voz de Jenny le hizo levantar la mirada de su cuaderno. Las palabras se habían ido acumulando en su cabeza durante la cena y pujaban por salir, se repetía una y otra vez el comienzo del párrafo como si estuviera taponando la salida del resto ”Te atraeré hacia mí como un halo infinito”... tenía que escribirlo y así poder continuar.
- Uhm...me ha venido algo...- dijo señalando su cabeza con el lápiz, mientras sonreía algo cohibida.
- Y es genial que no cambien...- Jenny se sentó en el sofá junto a ella, alargando una copa con algún licor hacia la rubia. La cena había terminado y ninguna de las dos quería poner fin a esa noche, no de momento.- Creo que una de las formas en las más te he recordado ha sido con tu libreta, dibujando, escribiendo en ella...
- ¿Si?- la sonrisa se le tornaba pícara sin intención; Jenny la había imaginado...la morena la miraba de reojo como tanteando el terreno para su siguiente estocada.
- ¿Quieres saber cuales son las otras formas...?- a punto estuvo Emma de dar el sí como respuesta, pero no se atrevió a seguir con aquel juego en el que la morena parecía divertirse mucho.
- No se si atreverme...- bajó la mirada a su copa, ¿notaria Jenny el mínimo temblor de sus manos?.
- Hazlo...- acompañando cada letra, se giró hacia sus ojos de miel y subió sus piernas al sofá para sentarse levemente sobre ellas, estaría más cómoda y algo más próxima... en un breve instante se preguntó cómo era posible que, con solo mirarla, asi tan cerca, su corazón se arrugara como si Emma tuviera el poder de estrecharlo en su puño, apretarlo y soltarlo, rítmicamente, en su mano y al compás de su propio latido para darle la calidez de sentirse sostenido, arropado y acariciado. - Igual te sorprendo...- sonreía, las dos lo hacían, inevitable muestra de cuánto les gustaba a ambas su proximidad; a pesar de los nervios, de la inseguridad, de la inquietud, de todo lo que no se decían...se sentían a gusto, como si esa sensación solo se lo pudieran conceder la una a la otra, ¿por qué no lo habían podido sentir con nadie más? ¿Qué ley de la naturaleza o de la ciencia explica algo asi? ¿Sólo era cuestión de química? ¿Sus hormonas dispuestas a fundirse y confundirse en oleadas de placer a través de sus sentidos?...¿ Como sería entregarse por completo a aquella locura? ¿Cuánta serenidad le traería recibir a esa mujer entre sus brazos para cobijarla siempre que ella quisiera?. Demasiadas preguntas... y la fina piel de Emma brillaba sobre su rubor.
- Vale... me atreveré un poquito...- se humedeció los labios, preparándose para hablar y sin darse cuenta del efecto que ese gesto podía causar en Jenny que se removió en el sofá tratando de distraerse de sus labios...- Cómo... como...- parecía imposible que Emma le fuera a mantener, de nuevo, la mirada y esa era una de las formas en que la imaginaba; sus ojos fijos en los de ella y enturbiados de oscuro, la sombra del mar sobre la arena, empapando y acariciando en su avance, mientras la abraza o la amaba le entregaba todas y cada una de sus miradas eternas; no sería ella quien le pusiera fin a lo eterno...ni siquiera quería hacerlo. Miraba a la rubia que intentaba desatascar sus pensamientos de su timidez para decir una frase completa antes de que terminara la noche...¡¡¡Ya está!!! No lo aguanto más...pensó la morena incapaz de contenerse y sin dejar que Emma terminara lo que tuviera que decir... cogió la copa de sus manos y la dejó sobre la mesa junto a la suya, sin dejarse intimidar por la mirada de sorpresa y sin darle tiempo a reaccionar se colocó de rodillas frente a la rubia, sobre el sofá, y se inclinó sobre ella hasta tumbarla , sosteniendose sobre sus brazos y esperando alguna señal por parte de la rubia para poder acoplarse sobre ella y no tener que retirarse. Ahí está...ya la tengo...aún es más preciosa de cómo la recordaba; sus ojos se oscurecen y brillan bajo sus párpados entornados y no pestañea...me mira fijamente y no aparta la mirada...
- Jenny...- susurró Emma- que estás haciendo...
- Estoy respondiendo a tu pregunta...- le costaba respirar tan cerca de sus labios, el deseo contenido asfixia-...la que no has podido terminar de hacer... esa mirada también me ha acompañado en mis sueños.
“Solo tendría que acercarme a sus labios, rozarlos, sentir su calor bañando los míos para dar el salto mortal y caída libre sin otro apoyo que su cuerpo, aferrarlo como si me fuera la vida en ello...¿ Por qué no lo hago?. ¿Acaso tan solo me conformo con esa mirada? Estar así, a escasos centímetros de fundirme en su cuerpo y aguardo...un breve destello de confianza en sus ojos, un saber que después de encajar nuestros cuerpos todo será distintos a como fue, que mi necesidad sea la suya, que beber de mi aliento le cree tanto deseo de poseer como tranquilidad y cordura. La contradicción de cada cual desordenando lo que nos empeñamos en ordenar de forma metódica, dando forma a momentos de extasiada pasión y evasión, dando, recibiendo, amando...”.
- Tranquila Emma que no te voy a comer...Tienes unos ojos muy bonitos, ya te lo habrán dicho antes seguro...- Jenny se apartó tratando de disfrazar sus atrevimiento en forma de broma, le dió un pellizco en la mejilla a Emma y le guiñó un ojo antes de levantarse y desviar su mirada. Se sentía embriagada, como si flotara, después de haber inhalado su aroma y haber tenido que ordenar a su cuerpo que frenara su avance y controlara su deseo.
- Pero que...- Emma estaba completamente impactada y absorbida por el momento, lo que menos podía esperar de esa escena es que la morena se levantara y se alejara como estaba haciendo; ella en cambio continuaba tumbada en el sofá y, como de costumbre, incapaz de terminar una frase dirigida a Jenny.-.. no se que haces... como puedes...- se incorporó porque empezaba a sentirse ridícula e impotente. ¿Cuando podría dirigir los hilos de esa descontrolada cometa que siempre fue su relación con Jenny?. ¿ Como dirigir lo que no sabes hacia dónde va?. Jenny se volvió con cierta brusquedad, había vuelto a rellenar su copa de licor y su mirada la dejaba aún más atada al sofá.
- Emma... si no me dices ahora mismo lo que sea que quieras decirme tendré que hacer algo para romper esa timidez tuya...- esperó por si la rubia concluía, pero al ver que ni se movía avanzó de nuevo hacia ella y se arrodilló junto a sus piernas, le dió a beber de su propio vaso, Emma lo aceptó y dio un largo trago antes de devolverselo. - Ahora respira profundo, eso es...- esperó pacientemente con su media sonrisa-.. pero tampoco te pases que puedes hiperventilar y faltaba que te me desmayes aquí...aunque yo estaría encantada asi podría llevarte en mis brazos hasta mi cama...- la cara de la rubia era un poema, finalmente acabaron riendo las dos a carcajadas. - ¿Me lo dirás?.
- Si...- que mirada tan tierna tenía Emma, la hacía querer acurrucarla y protegerla, incluso de sí misma...
- ¿ Cuando?...-Jenny sonreía abiertamente.
- Ahora...- Emma le devolvió la sonrisa.
- Vale...
- Jenny...- las dos se miraron de nuevo, no podían dejar de reir- para o no podré decirte nada...- sin darse cuenta había apoyado las manos en los hombros de la morena que se había inclinado un poco hacia ella y, como si fuera lo más natural del mundo, sus dedos se enredaron cogiendo un mechón de su pelo. Mirándose en sus ojos supo claro lo que quería en ese momento- Me gustaría darte un abrazo...- y sin aguardar respuesta ni más esperas la atrajo hacia si misma tirando levemente de su pelo y rodeándola con sus brazos- … y que me lo devolvieras...- ese perfume sobre su piel la podía volver loca, se le colaba en los espacios entre cada uno de sus átomos, porque somos muchas cosas y también somos nada, estamos compuestos también de huecos por rellenar. Vacío entre materia. ¿Que no se colaría por ahí todo lo que no podemos entender, desmenuzar y desgranar?. Como ese dolor que te encoge el pecho cuando eres feliz, tan feliz como en ese momento, siendo más consciente que nunca de tu propio cuerpo al sostener el otro cuerpo, apretando hasta más no poder. Jenny la rodeó por la cintura y la atrajo, quedando su cintura entre sus piernas y su cara enterrada en el cuello de Emma. Podían no decirse nada, no saber hablar entre ellas o no haber descubierto lo sinceras que podían llegar a ser sin dañarse o lastimarse, sin miedo al dolor, al abandono, a no ser correspondidas, a tantas cosas... pero sus cuerpos se entendían de esa manera única, como nunca antes habían sentido, lo descubrieron aquellos días en el hotel rural, lo intuyeron al abrazar a otros cuerpos sin que aquello volviera a ocurrir y lo constataron en ese contacto después de años de no sentirse... si eso no era magia, ¿qué era?.
Ambas suspiraron, de alivio, tanta tensión acumulada y un solo instante para hacerla desaparecer, lo difícil sería separarse de aquel abrazo, que el propio cuerpo fuera suficiente.
- ¿Era esto lo que querías decirme y tanto te costaba? - susurró Jenny al oído de Emma, dejando que sus labios rozaran el lóbulo.
- No... jajajaja...ha sido un impulso.- Emma acarició su pelo antes de comenzar a apartarse sin ser capaz de levantar su mirada y descubrir por completo sus sentimientos a Jenny. - Uhm.... me encantan tus impulsos...- sonreía mientras retiraba el flequillo de la rubia a un lado- pero estoy segura de que cuando te decidas a hablarme también me gustará escuchar lo que digas...
- Todo llegará...- seguían tan cerca- eres la única persona a la que me cuesta tanto hablarle, normalmente es todo lo contrario...
- ¿Por qué crees que es?- Jenny se sentó en el suelo doblando sus piernas y apoyando sus manos sobre las rodillas de la rubia; pero Emma se dejó caer del sofá para acabar sentada frente a ella y casi a punto de volver a abrazarla, se frenó, pero cogió una de sus manos, no quería soltar del todo su contacto.
- Es evidente...me pones muy nerviosa y... y...
- Emmaaaaaaaaa, suéltalo...- se acercó y le dió un suave beso en la mejilla como para darle la confianza que le faltaba.
- Es que no se que es todo esto, ni lo que quieres de mi después de todo este tiempo... me siento como si tratara de seguirte haciendo equilibrios sobre un hilo invisible, tu te mueves y yo te imito, pero no veo por donde voy y me angustia...
- Pero me sigues...
- Si, aunque preferiría que caminasemos juntas y saber por donde vamos...- se atrevió a mantener su mirada, ese azul que tanto le daba el aliento como se lo quitaba.
- ¿Conoces Ibiza en España?- Jenny volvía a sonreir.
- No...
- ¿Te vendrías conmigo allí durante un tiempo?...- la cara que puso la rubia casi le preocupó, no sabía si se había precipitado y la rechazaría- No te pido que vengas detrás de mi, quiero que vengas conmigo...
realmente contenta de tener de vuelta esta hermosa historia...
ResponderEliminarsaludos, Kyka, Chile.
Son casi las 5 de la mañana y no he podido irme a dormir sin leerla, me encanta :)
ResponderEliminarOMG TENIA TANTAS GANAS DE VOLVER A LEERTE PUCCINI , MUY BUENO EL CAPI. LUV IT !! GRACIAS POR ACTUALIZAR Y ESPERO KE PRONTO SUBAS EL SIGUIENTE ;)
ResponderEliminarEs un verdadero placer el poder leer tu historia. Por favor trata de no hacernos esperar tanto. Gracias
ResponderEliminarme encanta esta historia, por favor no tardes tanto en subir otro capitulo...
ResponderEliminarya ha pasado mucho tiempo... cuando tendremos un nuevo capitulo???... es muy linda esta historia... cariños
ResponderEliminarCuando otro capitulo nuevo????
ResponderEliminarEs una hermosa historia no nos dejes sin final por favor....
Se acabó???
ResponderEliminarSonia